La escasez no existe.
Es una idea que aprendimos, no una verdad que descubrimos.
Un hechizo repetido hasta que se volvió real.
Pero nada falta en el universo, salvo la memoria de lo que somos.
En Eternia, cuando alguien llega a consulta, siempre hay una historia detrás de la falta. Falta de tiempo. Falta de dinero. Falta de energía. Falta de amor. Falta de calma. Y siempre que profundizamos un poco, lo que encontramos no es escasez, sino bloqueo. Una desconexión entre cuerpo, mente y alma.
Por eso, la abundancia no se crea, se recuerda.
Y la Técnica Estructural, ya sea en sesiones presenciales o en modalidad online, se convierte en el lenguaje que el cuerpo usa para recordártelo.
No te pierda anda. Todo empieza x akí.
Entendiendo la escasez: una ilusión muy bien enseñada
Durante generaciones, se nos enseñó que los recursos son limitados.
Que hay que competir por un lugar, por una oportunidad, por una porción del pastel.
Nos dijeron que si alguien gana, otro pierde.
Y nos lo creímos.
Esa creencia dio forma a nuestras economías, a nuestras relaciones y a nuestra mente.
Creímos que la vida era una lucha por sobrevivir en un mundo sin suficiente para todos.
Pero cuando lo miras con atención, descubres que la escasez no es una realidad física:
es una construcción mental y emocional que filtra la manera en que ves la vida.
En lo económico, la escasez se traduce en miedo: miedo a perder, miedo a no tener, miedo a no llegar.
En lo emocional, se convierte en ansiedad, en comparaciones, en dependencia.
Y en el cuerpo, se expresa como tensión constante: hombros duros, pecho cerrado, respiración corta.
El cuerpo habla el lenguaje del miedo a no tener suficiente.
Por eso, cuando alguien llega a consulta y dice
«me siento bloqueado»,
en realidad está diciendo
«estoy atrapado en la vibración de la escasez».
Y ahí comienza el viaje de regreso a la abundancia.
La economía del alma: del juego de suma cero al juego de creación
La idea de la suma cero domina el pensamiento moderno.
Si tú ganas, yo pierdo.
Si alguien crece, otro queda fuera.
Pero la vida no funciona así.
La naturaleza no conoce la escasez.
Cada árbol comparte oxígeno sin quedarse sin aire.
Cada río que da agua se alimenta del mismo ciclo que sostiene al mar.
La abundancia no se agota cuando se comparte.
Se expande.
Aplicado a la economía, esto cambia todo.
Si dejamos de pensar que el éxito de uno implica la pérdida de otro,
empezamos a crear un ecosistema donde la colaboración multiplica el valor.
El pastel crece.
Esa es la economía de la conciencia:
una en la que la innovación, la empatía y la creatividad se convierten en la nueva moneda.
Cuando una empresa o una comunidad decide cooperar en lugar de competir,
el flujo se abre y la energía se reorganiza.
Lo he visto en equipos empresariales, lo he sentido en sesiones, lo he comprobado en mi propia vida.
La verdadera abundancia no está en acumular, sino en amplificar.
La mentalidad de la escasez: el virus silencioso
Vivir con una mentalidad de escasez es vivir atrapado en la idea de que nunca es suficiente.
No importa cuánto ganes, cuánto logres o cuánto tengas,
si tu mente sigue interpretando la realidad desde la falta,
seguirás sintiendo vacío.
Es un virus invisible que se propaga con frases cotidianas:
“no tengo tiempo”,
“no puedo permitírmelo”,
“la cosa está mal”,
“ya no hay oportunidades”.
Cada vez que repites esas frases, siembras una semilla de escasez.
Y como toda semilla, crece.
Tus pensamientos son semillas, y tu vida es la cosecha.
La mente se convierte en un jardín que florece con lo que siembras.
Si plantas miedo, recogerás límites.
Si plantas confianza, cosecharás abundancia.
Por eso, cuando en Eternia hablamos de Alquimia del Alma,
no hablamos de magia, sino de transformación interna real.
La alquimia comienza en el lenguaje.
Cambia la palabra y cambiará tu vibración.
Cambia la vibración y cambiará tu realidad.
El cuerpo no miente: cómo se siente la escasez
La escasez no solo se piensa: se siente.
Se instala en el cuerpo como un hábito.
Los hombros se tensan, el abdomen se encoge, la respiración se vuelve corta.
El sistema nervioso interpreta que “no hay suficiente”, y activa el modo supervivencia.
Vivir así durante años agota la energía vital.
En sesiones de Técnica Estructural se observa claramente:
el cuerpo que vibra en escasez pierde flexibilidad, calor y flujo.
El cuerpo que vibra en abundancia se expande, respira, se alinea.
Por eso, la abundancia no se piensa: se encarna.
Hay personas que creen que están luchando por conseguir más dinero,
pero lo que en realidad buscan es la sensación de seguridad que la abundancia genera.
Y esa sensación no llega cuando tienes,
llega cuando confías.
La política del miedo: cuando la escasez se institucionaliza
La escasez no es solo una emoción individual; también es un modelo político.
Durante décadas, los sistemas han usado la narrativa del miedo como control.
Nos enseñaron que los recursos son limitados,
que hay que competir por ayudas, subsidios, oportunidades.
Y en nombre de esa “realidad”, se construyeron economías basadas en la carencia.
Pero la contradicción es evidente:
nunca hubo tanta capacidad de innovación, tanto conocimiento y tanta tecnología.
Lo que falta no es materia prima: falta confianza en el ingenio humano.
Mientras se reparten migajas bajo el discurso de la escasez,
el potencial colectivo se desperdicia.
La política económica que promueve la escasez genera dependencia, no crecimiento.
Por el contrario, las comunidades que fomentan la creación, la educación y la cooperación,
logran prosperar sin necesidad de competir.
Por eso, el cambio no empieza en la economía, sino en la mente.
En la manera en que interpretamos el valor y lo compartimos.
El paradigma de la abundancia: una revolución interior
Cuando entiendes que la escasez no existe, todo cambia.
Tu energía, tus decisiones, tus relaciones.
Empiezas a actuar desde la confianza, no desde la necesidad.
Y entonces descubres que la abundancia no llega cuando acumulas,
sino cuando fluyes.
La abundancia es una frecuencia, no una cantidad.
Una forma de pensar, de sentir y de vivir.
Es reconocer que el universo no castiga: responde.
Responde a tu vibración, a tu coherencia, a tu presencia.
Y esa frecuencia se puede entrenar.
Cada pensamiento que eliges, cada palabra que pronuncias, cada emoción que sostienes
es una orden que das a la realidad.
En Eternia, cuando un cuerpo se libera con Técnica Estructural,
no solo se ajustan huesos o fascias,
se ajusta también la memoria emocional que lo habitaba.
Cuando liberas el miedo, el cuerpo respira.
Y cuando el cuerpo respira, la vida entra.
Cómo reeducar la mente: de la escasez al fluir
Cambiar una mentalidad arraigada lleva tiempo, pero es posible.
Aquí te comparto algunas claves que aplicamos en procesos de transformación profunda:
1. Observa tu lenguaje.
La palabra es energía.
Empieza por cambiar cómo hablas de ti y de tu vida.
Sustituye el “no tengo” por “estoy creando”.
El “no puedo” por “estoy aprendiendo”.
Y el “falta” por “está en camino”.
2. Practica la gratitud consciente.
La gratitud no es una frase bonita: es un ajuste energético.
Cuando agradeces, cambias la frecuencia.
Agradecer es decirle a la vida: “ya veo la abundancia que hay aquí”.
Y la vida, al sentirse vista, te muestra más.
3. Colabora en lugar de competir.
El antiguo modelo de suma cero se derrumba.
Hoy, la colaboración es la forma más alta de inteligencia.
Cuando compartes tu conocimiento o tu tiempo,
no pierdes valor: lo multiplicas.
4. Haz espacio.
La abundancia necesita lugar.
Suelta lo que ya no vibra contigo: hábitos, objetos, personas o pensamientos.
El vacío no es carencia, es llamado.
Es el espacio donde la vida vuelve a entrar.
5. Habita tu cuerpo.
No puedes crear abundancia desde un cuerpo que vive en tensión.
Haz pausas, respira, camina descalzo, medita,
o agenda una sesión de Técnica Estructural.
El cuerpo sabe antes que la mente cuándo estás en carencia o en confianza.
Abundancia y propósito: la verdadera riqueza
La verdadera abundancia no está en lo que posees,
sino en lo que sostienes.
En la coherencia entre lo que piensas, sientes y haces.
En vivir con propósito, no con urgencia.
En Alquimia del Alma lo enseñamos así:
cuando te alineas con lo que viniste a aportar,
la vida empieza a sincronizarse contigo.
Personas, oportunidades, ideas, señales: todo aparece.
Porque la abundancia no es acumulación, es coherencia vibracional.
El universo no premia el esfuerzo ciego,
sino la acción consciente.
No responde al miedo, sino a la claridad.
Y esa claridad no se impone: se encarna.
Ejercicio práctico: el ritual de las tres siembras
Palabra:
Elige tres frases que quieras convertir en tu nueva realidad.
Por ejemplo:
“Siempre hay suficiente para mí.”
“Estoy en paz con lo que tengo y con lo que llega.”
“La abundancia fluye a través de mí sin esfuerzo.”Atención:
Coloca cada frase en un lugar visible.
Léela despacio cada mañana y cada noche.
No se trata de creerla de golpe, sino de recordarla poco a poco.Acción mínima suficiente:
Haz cada día un pequeño gesto coherente con esa vibración.
Pagar una factura con gratitud.
Compartir tu conocimiento.
Sonreír sin motivo.
Todo suma.
Porque cada acto, por mínimo que parezca,
es una semilla plantada en el campo de la abundancia.
Cuerpo, economía y alma: el triángulo de la abundancia
Cuando un cuerpo está alineado, la mente se abre.
Cuando la mente confía, las acciones se ordenan.
Y cuando las acciones se alinean con el alma,
la economía también cambia.
Sí, la abundancia es sistémica.
Empieza dentro y se refleja fuera.
Por eso, la próxima vez que sientas que “no hay”,
recuerda que el universo no entiende de falta,
solo entiende de flujo.
El dinero, el amor, la inspiración, la energía: todo es movimiento.
Y el movimiento nace del equilibrio.
Cuando te equilibras, todo empieza a llegar.
Reflexión final: la memoria del origen
No hay escasez en la naturaleza.
No hay árboles compitiendo por hojas.
No hay mares peleando por olas.
La vida florece porque confía en su abundancia.
Y tú, aunque lo hayas olvidado,
también eres naturaleza.
Tu alma recuerda.
Tu cuerpo recuerda.
La abundancia está impresa en tu código.
No se trata de tener más.
Se trata de recordar más.
Recuerda que la escasez no existe,
que la abundancia ya está dentro de ti,
y que cada vez que eliges desde el amor en lugar del miedo,
el universo entero se reorganiza a tu favor.
Nada falta.
Solo faltaba tu recuerdo.
Y ahora que recuerdas, todo comienza.
Si quieres profundizar este camino,
puedes empezar con una sesión individual de Técnica Estructural
o sumarte a Alquimia del Alma,
donde exploramos este tránsito desde el cuerpo, la mente y la energía.
La abundancia no se busca.
Se recuerda.
Vicente Bea
Yo también lo pensaba. Antes de mi accidente de moto, me reía de cualquiera que hablase de terapias alternativas. Decía que eran placebo, pseudociencias, “cosas de frikis”.
Luego vinieron los hospitales. Operaciones, infecciones, ingresos eternos. Y el dolor crónico que no se iba con nada.
Ni con morfina. Ni con rezos. Ni con tiempo.
Y ahí, en mitad de la noche, entendí algo que nunca olvidaré: lo que yo había ridiculizado como charlatanería era lo único que empezaba a devolverme la vida.
Lo digo con el máximo respeto. Mis padres fueron enfermeros toda la vida. En mi casa se hablaba de bisturís, de guardias, de pacientes que se salvaban gracias a la medicina convencional. Yo sé —y siempre diré— que cuando alguien está enfermo, debe acudir a un profesional de la salud.
Pero también sé que lo que la medicina no podía darme, lo encontré en lo complementario. Y ahí empezó otro viaje.
¿Qué es una terapia complementaria y qué papel juega en tu salud?
Un día, una mujer me preguntó:
—Vicente, ¿tú me harías acupuntura?
Le contesté con honestidad: “No, eso no lo hago yo. Pero en Eternia colaboramos con terapeutas que sí practican acupuntura y medicina complementaria. Si lo necesitas, te puedo recomendar a alguien de confianza.”
Y luego le sugerí algo más sencillo: unas Flores de Bach, cuidar la alimentación, algún complemento natural. Porque no todo pasa por una gran técnica: a veces basta con un pequeño gesto para empezar a restaurar el equilibrio.
Eso es una terapia complementaria: un camino que no sustituye, sino que acompaña.
No se trata de dejar lo médico de lado, sino de sumar lo que ayuda al cuerpo y mente a recuperar fuerzas.
Descubre cómo funciona la Técnica Estructural.
Medicina complementaria y alternativa: mucho más que moda
Yo era de los que decían:
—Eso es humo. Eso no está demostrado.
Lo repetía hasta que la vida me puso contra las cuerdas. Y lo que antes despreciaba como “medicina alternativa” fue lo que me devolvió el ánimo.
La realidad es que existen tipos de medicina complementaria y alternativa que están ayudando a miles de personas en el mundo.
Algunos buscan aliviar el dolor, otros reducir el estrés, otros simplemente ofrecer una visión distinta de la salud.
Y aunque hay mucha discusión sobre pruebas y evidencias, lo que nadie puede negar es lo que siente un paciente cuando por fin respira sin ansiedad o se levanta sin dolor.
Homeopatía, acupuntura y otros tipos de medicina
He visto de todo. Gente que prueba homeopatía con la esperanza de un remedio más suave. Otros que confían en preparados homeopáticos para calmar una afección leve.
Algunos encuentran paz, otros no sienten nada.
He visto también cómo la acupuntura ayuda a personas con cáncer a reducir los efectos secundarios de la quimioterapia.
Y cómo la medicina tradicional china propone un enfoque basado en el flujo de qi, en estimular puntos específicos del cuerpo para liberar energía bloqueada.
Y no olvidemos la medicina ayurvédica, la medicina holística, los sistemas más antiguos que nos recuerdan algo esencial: que la salud no es solo ausencia de enfermedad, sino equilibrio de todo el ser.
Yo mismo no practico estas disciplinas. Pero he visto cómo colaboradores de Eternia sí las aplican y ayudan a pacientes que buscan algo más allá de la medicina occidental o la medicina alopática. Por cierto, si quieres colaborar, ponte en contacto conmigo.
El valor terapéutico del masaje y de las técnicas de relajación
Nunca olvidaré a un hombre que llegó con la espalda dura como piedra.
—No aguanto más, Vicente. No duermo del dolor.
Le recomendé empezar con algo sencillo: un masaje terapéutico, ejercicios de respiración, algunas técnicas de relajación.
Al principio se rió. “Eso no me va a curar.”
Pero después de unas semanas, su dolor lumbar y su dolor de cuello empezaron a ceder.
Lo mismo pasó con una mujer que llegó agotada por el estrés. Unas sesiones de aromaterapia, aceites esenciales y relajación muscular progresiva fueron el inicio de su cambio.
A veces, lo que parece pequeño es lo que abre la puerta a curarse a sí mismo.
Quiropráctica, reflexología y otros tipos de terapias cuerpo y mente
Cuando empecé a buscar alternativas, probé de todo:
Reflexología, que trabaja con las partes del cuerpo a través de los pies.
Quiropráctica, que ajusta la columna vertebral para reducir el dolor y mejorar funciones del cuerpo.
Masajes terapéuticos, que alivian tensiones y mejoran la circulación.
Y sí: experimenté también con el Reiki, la mediumnidad, el chamanismo, incluso la llamada “cirugía astral”.
Todas me aportaron algo. Pero la que me enamoró, la que me hizo sentir que había encontrado mi camino, fue la Técnica Estructural.
Porque no se queda en un síntoma.
Integra el cuerpo, la mente y la energía en un mismo movimiento.
¿Terapia alternativa o terapia complementaria? La diferencia que puede salvarte
Aquí quiero ser muy claro.
He visto personas dejar sus tratamientos médicos convencionales por seguir solo alternativas. Y el final fue doloroso.
También he visto personas que integraron ambas cosas y lograron mejorar la salud y el bienestar de forma real.
Por eso insisto:
Una terapia alternativa nunca sustituye a tu médico.
Una terapia complementaria suma.
Y la diferencia puede salvarte la vida.
Aprende más en el mapa emocional de la columna.
Técnica Estructural: cuando el cuerpo y la mente vuelven a hablar
Dos años de hospitales. Operaciones, ingresos, infecciones. Un dolor que partía cada fibra de mi ser.
Y un día, la descubrí.
La primera sesión de Técnica Estructural fue como un antes y un después.
Cada sesión era soltar un nudo.
Mi columna vertebral dejaba de gritar, mis emociones bloqueadas encontraban salida, mi energía se abría paso.
Después de probar tantas disciplinas, entendí algo:
La Técnica Estructural no es solo una terapia. Es un camino de transformación.
Descúbrelo en una sesión presencial o online.
Conclusión: más allá de las terapias, una invitación a sanar
Llámalo placebo. Llámalo pseudoterapia. Llámalo como quieras.
El cuerpo no miente.
Cuando por fin escucha lo que tu alma calla, el dolor se transforma.
Y no importa si vienes de la homeopatía, de la acupuntura, del masaje terapéutico o de la quiropráctica.
Lo que importa es que empieces el camino.
Da el paso. Reserva tu sesión de Técnica Estructural aquí.
Yo también lo pensaba. Antes de mi accidente de moto, me reía de cualquiera que hablase de terapias alternativas. Decía que eran placebo, pseudociencias, “cosas de frikis”.
Luego vinieron los hospitales. Operaciones, infecciones, ingresos eternos. Y el dolor crónico que no se iba con nada.
Ni con morfina. Ni con rezos. Ni con tiempo.
Y ahí, en mitad de la noche, entendí algo que nunca olvidaré: lo que yo había ridiculizado como charlatanería era lo único que empezaba a devolverme la vida.
Lo digo con el máximo respeto. Mis padres fueron enfermeros toda la vida. En mi casa se hablaba de bisturís, de guardias, de pacientes que se salvaban gracias a la medicina convencional. Yo sé —y siempre diré— que cuando alguien está enfermo, debe acudir a un profesional de la salud.
Pero también sé que lo que la medicina no podía darme, lo encontré en lo complementario. Y ahí empezó otro viaje.
¿Qué es una terapia complementaria y qué papel juega en tu salud?
Un día, una mujer me preguntó:
—Vicente, ¿tú me harías acupuntura?
Le contesté con honestidad: “No, eso no lo hago yo. Pero en Eternia colaboramos con terapeutas que sí practican acupuntura y medicina complementaria. Si lo necesitas, te puedo recomendar a alguien de confianza.”
Y luego le sugerí algo más sencillo: unas Flores de Bach, cuidar la alimentación, algún complemento natural. Porque no todo pasa por una gran técnica: a veces basta con un pequeño gesto para empezar a restaurar el equilibrio.
Eso es una terapia complementaria: un camino que no sustituye, sino que acompaña.
No se trata de dejar lo médico de lado, sino de sumar lo que ayuda al cuerpo y mente a recuperar fuerzas.
Descubre cómo funciona la Técnica Estructural.
Medicina complementaria y alternativa: mucho más que moda
Yo era de los que decían:
—Eso es humo. Eso no está demostrado.
Lo repetía hasta que la vida me puso contra las cuerdas. Y lo que antes despreciaba como “medicina alternativa” fue lo que me devolvió el ánimo.
La realidad es que existen tipos de medicina complementaria y alternativa que están ayudando a miles de personas en el mundo.
Algunos buscan aliviar el dolor, otros reducir el estrés, otros simplemente ofrecer una visión distinta de la salud.
Y aunque hay mucha discusión sobre pruebas y evidencias, lo que nadie puede negar es lo que siente un paciente cuando por fin respira sin ansiedad o se levanta sin dolor.
Homeopatía, acupuntura y otros tipos de medicina
He visto de todo. Gente que prueba homeopatía con la esperanza de un remedio más suave. Otros que confían en preparados homeopáticos para calmar una afección leve.
Algunos encuentran paz, otros no sienten nada.
He visto también cómo la acupuntura ayuda a personas con cáncer a reducir los efectos secundarios de la quimioterapia.
Y cómo la medicina tradicional china propone un enfoque basado en el flujo de qi, en estimular puntos específicos del cuerpo para liberar energía bloqueada.
Y no olvidemos la medicina ayurvédica, la medicina holística, los sistemas más antiguos que nos recuerdan algo esencial: que la salud no es solo ausencia de enfermedad, sino equilibrio de todo el ser.
Yo mismo no practico estas disciplinas. Pero he visto cómo colaboradores de Eternia sí las aplican y ayudan a pacientes que buscan algo más allá de la medicina occidental o la medicina alopática. Por cierto, si quieres colaborar, ponte en contacto conmigo.
El valor terapéutico del masaje y de las técnicas de relajación
Nunca olvidaré a un hombre que llegó con la espalda dura como piedra.
—No aguanto más, Vicente. No duermo del dolor.
Le recomendé empezar con algo sencillo: un masaje terapéutico, ejercicios de respiración, algunas técnicas de relajación.
Al principio se rió. “Eso no me va a curar.”
Pero después de unas semanas, su dolor lumbar y su dolor de cuello empezaron a ceder.
Lo mismo pasó con una mujer que llegó agotada por el estrés. Unas sesiones de aromaterapia, aceites esenciales y relajación muscular progresiva fueron el inicio de su cambio.
A veces, lo que parece pequeño es lo que abre la puerta a curarse a sí mismo.
Quiropráctica, reflexología y otros tipos de terapias cuerpo y mente
Cuando empecé a buscar alternativas, probé de todo:
Reflexología, que trabaja con las partes del cuerpo a través de los pies.
Quiropráctica, que ajusta la columna vertebral para reducir el dolor y mejorar funciones del cuerpo.
Masajes terapéuticos, que alivian tensiones y mejoran la circulación.
Y sí: experimenté también con el Reiki, la mediumnidad, el chamanismo, incluso la llamada “cirugía astral”.
Todas me aportaron algo. Pero la que me enamoró, la que me hizo sentir que había encontrado mi camino, fue la Técnica Estructural.
Porque no se queda en un síntoma.
Integra el cuerpo, la mente y la energía en un mismo movimiento.
¿Terapia alternativa o terapia complementaria? La diferencia que puede salvarte
Aquí quiero ser muy claro.
He visto personas dejar sus tratamientos médicos convencionales por seguir solo alternativas. Y el final fue doloroso.
También he visto personas que integraron ambas cosas y lograron mejorar la salud y el bienestar de forma real.
Por eso insisto:
Una terapia alternativa nunca sustituye a tu médico.
Una terapia complementaria suma.
Y la diferencia puede salvarte la vida.
Aprende más en el mapa emocional de la columna.
Técnica Estructural: cuando el cuerpo y la mente vuelven a hablar
Dos años de hospitales. Operaciones, ingresos, infecciones. Un dolor que partía cada fibra de mi ser.
Y un día, la descubrí.
La primera sesión de Técnica Estructural fue como un antes y un después.
Cada sesión era soltar un nudo.
Mi columna vertebral dejaba de gritar, mis emociones bloqueadas encontraban salida, mi energía se abría paso.
Después de probar tantas disciplinas, entendí algo:
La Técnica Estructural no es solo una terapia. Es un camino de transformación.
Descúbrelo en una sesión presencial o online.
Conclusión: más allá de las terapias, una invitación a sanar
Llámalo placebo. Llámalo pseudoterapia. Llámalo como quieras.
El cuerpo no miente.
Cuando por fin escucha lo que tu alma calla, el dolor se transforma.
Y no importa si vienes de la homeopatía, de la acupuntura, del masaje terapéutico o de la quiropráctica.
Lo que importa es que empieces el camino.
Da el paso. Reserva tu sesión de Técnica Estructural aquí.
Yo también lo pensaba. Antes de mi accidente de moto, me reía de cualquiera que hablase de terapias alternativas. Decía que eran placebo, pseudociencias, “cosas de frikis”.
Luego vinieron los hospitales. Operaciones, infecciones, ingresos eternos. Y el dolor crónico que no se iba con nada.
Ni con morfina. Ni con rezos. Ni con tiempo.
Y ahí, en mitad de la noche, entendí algo que nunca olvidaré: lo que yo había ridiculizado como charlatanería era lo único que empezaba a devolverme la vida.
Lo digo con el máximo respeto. Mis padres fueron enfermeros toda la vida. En mi casa se hablaba de bisturís, de guardias, de pacientes que se salvaban gracias a la medicina convencional. Yo sé —y siempre diré— que cuando alguien está enfermo, debe acudir a un profesional de la salud.
Pero también sé que lo que la medicina no podía darme, lo encontré en lo complementario. Y ahí empezó otro viaje.
¿Qué es una terapia complementaria y qué papel juega en tu salud?
Un día, una mujer me preguntó:
—Vicente, ¿tú me harías acupuntura?
Le contesté con honestidad: “No, eso no lo hago yo. Pero en Eternia colaboramos con terapeutas que sí practican acupuntura y medicina complementaria. Si lo necesitas, te puedo recomendar a alguien de confianza.”
Y luego le sugerí algo más sencillo: unas Flores de Bach, cuidar la alimentación, algún complemento natural. Porque no todo pasa por una gran técnica: a veces basta con un pequeño gesto para empezar a restaurar el equilibrio.
Eso es una terapia complementaria: un camino que no sustituye, sino que acompaña.
No se trata de dejar lo médico de lado, sino de sumar lo que ayuda al cuerpo y mente a recuperar fuerzas.
Descubre cómo funciona la Técnica Estructural.
Medicina complementaria y alternativa: mucho más que moda
Yo era de los que decían:
—Eso es humo. Eso no está demostrado.
Lo repetía hasta que la vida me puso contra las cuerdas. Y lo que antes despreciaba como “medicina alternativa” fue lo que me devolvió el ánimo.
La realidad es que existen tipos de medicina complementaria y alternativa que están ayudando a miles de personas en el mundo.
Algunos buscan aliviar el dolor, otros reducir el estrés, otros simplemente ofrecer una visión distinta de la salud.
Y aunque hay mucha discusión sobre pruebas y evidencias, lo que nadie puede negar es lo que siente un paciente cuando por fin respira sin ansiedad o se levanta sin dolor.
Homeopatía, acupuntura y otros tipos de medicina
He visto de todo. Gente que prueba homeopatía con la esperanza de un remedio más suave. Otros que confían en preparados homeopáticos para calmar una afección leve.
Algunos encuentran paz, otros no sienten nada.
He visto también cómo la acupuntura ayuda a personas con cáncer a reducir los efectos secundarios de la quimioterapia.
Y cómo la medicina tradicional china propone un enfoque basado en el flujo de qi, en estimular puntos específicos del cuerpo para liberar energía bloqueada.
Y no olvidemos la medicina ayurvédica, la medicina holística, los sistemas más antiguos que nos recuerdan algo esencial: que la salud no es solo ausencia de enfermedad, sino equilibrio de todo el ser.
Yo mismo no practico estas disciplinas. Pero he visto cómo colaboradores de Eternia sí las aplican y ayudan a pacientes que buscan algo más allá de la medicina occidental o la medicina alopática. Por cierto, si quieres colaborar, ponte en contacto conmigo.
El valor terapéutico del masaje y de las técnicas de relajación
Nunca olvidaré a un hombre que llegó con la espalda dura como piedra.
—No aguanto más, Vicente. No duermo del dolor.
Le recomendé empezar con algo sencillo: un masaje terapéutico, ejercicios de respiración, algunas técnicas de relajación.
Al principio se rió. “Eso no me va a curar.”
Pero después de unas semanas, su dolor lumbar y su dolor de cuello empezaron a ceder.
Lo mismo pasó con una mujer que llegó agotada por el estrés. Unas sesiones de aromaterapia, aceites esenciales y relajación muscular progresiva fueron el inicio de su cambio.
A veces, lo que parece pequeño es lo que abre la puerta a curarse a sí mismo.
Quiropráctica, reflexología y otros tipos de terapias cuerpo y mente
Cuando empecé a buscar alternativas, probé de todo:
Reflexología, que trabaja con las partes del cuerpo a través de los pies.
Quiropráctica, que ajusta la columna vertebral para reducir el dolor y mejorar funciones del cuerpo.
Masajes terapéuticos, que alivian tensiones y mejoran la circulación.
Y sí: experimenté también con el Reiki, la mediumnidad, el chamanismo, incluso la llamada “cirugía astral”.
Todas me aportaron algo. Pero la que me enamoró, la que me hizo sentir que había encontrado mi camino, fue la Técnica Estructural.
Porque no se queda en un síntoma.
Integra el cuerpo, la mente y la energía en un mismo movimiento.
¿Terapia alternativa o terapia complementaria? La diferencia que puede salvarte
Aquí quiero ser muy claro.
He visto personas dejar sus tratamientos médicos convencionales por seguir solo alternativas. Y el final fue doloroso.
También he visto personas que integraron ambas cosas y lograron mejorar la salud y el bienestar de forma real.
Por eso insisto:
Una terapia alternativa nunca sustituye a tu médico.
Una terapia complementaria suma.
Y la diferencia puede salvarte la vida.
Aprende más en el mapa emocional de la columna.
Técnica Estructural: cuando el cuerpo y la mente vuelven a hablar
Dos años de hospitales. Operaciones, ingresos, infecciones. Un dolor que partía cada fibra de mi ser.
Y un día, la descubrí.
La primera sesión de Técnica Estructural fue como un antes y un después.
Cada sesión era soltar un nudo.
Mi columna vertebral dejaba de gritar, mis emociones bloqueadas encontraban salida, mi energía se abría paso.
Después de probar tantas disciplinas, entendí algo:
La Técnica Estructural no es solo una terapia. Es un camino de transformación.
Descúbrelo en una sesión presencial o online.
EJERCICIO PRÁCTICO – DÍA 1
Del miedo a la falta al pulso de la abundancia
Aprendizaje del día:
La escasez no se piensa, se siente. No se trata de tener más, sino de enseñarle al cuerpo a sentirse seguro con lo que ya hay. Cuando el cuerpo recuerda que está a salvo, la mente deja de buscar, y la vida vuelve a fluir.
Qué vas a hacer:
Vas a liberar la sensación física de escasez acumulada en tu cuerpo. Lo harás a través de la respiración, la observación y la presencia. Este ejercicio reeduca a tu sistema nervioso para que pueda descansar y abrirse de nuevo a la abundancia.
Por qué lo hacemos:
Porque la sensación de falta no se corrige pensando en positivo, sino respirando distinto. Cada vez que tu cuerpo se relaja, envía una señal de seguridad al cerebro, y ese cambio biológico es lo que abre la puerta a nuevas experiencias de prosperidad.
Objetivo:
Reconocer dónde vive la escasez en tu cuerpo y transformarla en calma y confianza.
Instrucciones paso a paso
Encuentra silencio.
Busca un lugar tranquilo. Siéntate o recuéstate con la espalda recta.
Cierra los ojos y haz tres respiraciones profundas.Siente el cuerpo.
Pregúntate: “¿Dónde siento la escasez en mi cuerpo ahora mismo?”
No pienses: siente. Tal vez sea el pecho, el estómago o la garganta.Respira dentro del nudo.
Coloca una mano sobre esa zona.
Inhala por la nariz en cuatro tiempos, sostén dos, exhala por la boca en seis.
Repite tres veces.
Mientras respiras, di mentalmente: “Estoy a salvo. No falta nada.”Nombra lo que sientes.
Ponle nombre a la emoción: “Miedo a perder.” “Miedo a no tener.” “Miedo a no ser suficiente.”
Nombrarlo no lo refuerza, lo libera.
Respira una vez más y suelta los hombros.Recuerda la fuente.
Imagina una luz dorada entrando por tu coronilla y bajando hasta tu pecho.
Esa luz eres tú, tu esencia.
Déjala expandirse con cada inhalación hasta llenarte de calma.
Repite: “Yo soy fuente. La abundancia me atraviesa.”Cierre corporal.
Abre los ojos despacio. Mueve las manos, los pies, el cuello.
Respira una última vez y suelta con un suspiro.
Susurra: “Gracias por recordarme que nunca faltó nada.”
Después del ejercicio, escribe tus respuestas a estas tres preguntas:
¿Dónde sentí la escasez en mi cuerpo?
¿Qué pensamiento la activó?
¿Qué nueva frase o creencia quiero sembrar hoy?
Ejemplo:
Siento falta en el pecho.
Pienso que si paro, pierdo.
Nueva frase: “Estoy a salvo cuando descanso.”
Para continuar:
Escucha la Meditación del Día 1 en eterniabienestar.com para anclar este trabajo.
La práctica diaria refuerza la memoria de abundancia en tu cuerpo.
Conclusión: más allá de las terapias, una invitación a sanar
Llámalo placebo. Llámalo pseudoterapia. Llámalo como quieras.
El cuerpo no miente.
Cuando por fin escucha lo que tu alma calla, el dolor se transforma.
Y no importa si vienes de la homeopatía, de la acupuntura, del masaje terapéutico o de la quiropráctica.
Lo que importa es que empieces el camino.
Da el paso. Reserva tu sesión de Técnica Estructural aquí.




